miércoles, 2 de junio de 2010

Clarissa lo conoce todo !!!

Te amo un poco, en especial cuando me miras brillante, veo tus lindos dientes y me doy cuenta de lo roja q me dejas la boca. Me gustan esas manos q se notan fuertes y trabajadas, tu espalda ancha y el sonsonete de tu voz. Me gustaba Hernán!! Gritaba Clarissa una y otra vez.

Le encantaba tejer cuando él se encontraba lejos. Lo abrigaba con sus mantas cuando él estaba cerca. Siempre lo extrañaba, incluso cuando estaba con ella. A él le gustaba fantasear, muchas veces el silencio, cosa que ella no compartía. Se lo comía a besos cuando podía, tenia la loca idea de que sus besos se marcarían, se pegarían como una estampa, como una segunda piel. Quería calar en sus entrañas y no dejarlo ir jamás. No era celosa, no era psicópata, era una amante queriendo amar. Compartíamos la falta de corazón, pero la huella de uno. Clarissa entendía por completo cuando yo le decía que me quedaba poco de aquél músculo, y que los latidos iban disminuyendo. Guardo la esperanza de que algún día cambiará su piel, será rechoncho y renacerá como fénix. Para ello falta tiempo.

Le gustaban sus políticas y compartían ideologías, lástima que el idealismo no ha llegado muy lejos. Era dulce como el algodón de azúcar y sus mejillas eran rosadas. Me sentía muy conectada con ella. Pensábamos muy similar. Me gritaba a veces, con tono chillón - Lo único que agradezco es que por último he utilizado el tiempo gastando mi corazón, eso quiere decir q lo he aprovechado, y no se me ha puesto “peludo ni gruñón” como cuenta J.K -.

Yo por mi parte he decidido no exponerlo tanto, eso no quiere decir q me voy a volver racional del todo, pero si seré mas cautelosa.

- No te buscaré … no te seguiré … tu volverás… - Fueron las últimas palabras que Clarissa le dijo a Hernán, y sonrío. Era un loco enamorado de los viajes y de los descubrimientos, ella sabía q algún día golpearía su puerta nuevamente. En ese instante, ella iba a ser capaz de hacerlo viajar en sueños, lo atraparía y lo dejaría eternamente a su lado. Pero éste no era el momento. Cuando la escuché, y pienso en aquel libro de cocina que adoro (dónde Tita amo hasta q ya no pudo más, se entregó por completo y fue, a pesar de todo, valiente), me siento en un abismo. Yo soy como un gatito asustado, que piensa que le va a llegar un balde de agua, o que un perro en cualquier momento le va a ladrar. Clarissa era valiente, iba de frente y vivia en su mundo esponjado. Sinceramente creo q él no va a volver, pero es lindo escucharla hablar con tanta pasión y esperanza.

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