jueves, 24 de junio de 2010

Ni yo me lo creo ...

Me das la espalda !!! - le susurré. Su piel me molestaba, pasaba del blanco al negro y ya me estaba obsesionando. Siempre me creí una mujer fuerte, de esas que salen en las series épicas con un lanza y súper despechugadas. Lo miraba y me daba cuenta de que cada vez estábamos más lejos. Yo me caracterizo por ser ansiosa, me carga la impuntualidad y prefiero las cosas para ayer. No aguanto más, y tengo dos alternativas. Mi elección fue correr. Soldado que huye sirve para otra batalla. El problema es que mi batalla era él. No sé si fue por la edad, por la etapa que estaba viviendo, o simplemente por capricho, pero no podía dejarlo ir. Por lo mismo, y porque muchas veces es más fácil mentirse, decidí alejarme, dejar que se refugiara en algunos brazos que no fueran los mios. Mis celos me estaban matando, me hacia daño, me estaba dejando de querer. Prefería decir que era yo quién se iba, a pensar que era el quien lo hacia. Pensaba en otros y mi mente volaba con ellos. Hice de mi cabeza y pensamientos un cuento, al cual él no podía acceder. En ese espacio me sentía cómoda. Cuanto me duró, ya no lo recuerdo.

miércoles, 23 de junio de 2010

Viejo verde, coquetón ... ¿vivaracho?.

Con Amparo, después de una ardua jornada laboral, decidimos juntarnos con sus compañeros en aquel Bar dónde venden la mejor Leche a la Mexicana que he probado. Teníamos que esperar la respuesta de sus amigos, y para hacer hora decidimos ir a un pub tranquilo y de buen ambiente, un lugar dónde nos íbamos a poner al día. Llegamos y nos atendió su dueño, que sólo por cortesía nos regaló una cerveza. Empezamos a conversar de Raúl y Hernán, de nuestras peripecias y lo tontas que eramos con ellos. Nos reímos mucho y nos dimos cuenta que al parecer nuestro corazón latía aveces. Compramos una cerveza, nos conversamos la birra y el dueño llegó con un ron de cortesía para cada una. Nos conversaba, nos contó sus idilios amorosos y como lo habían hecho sufrir las mujeres. Amparo le coqueteaba, a pesar de que tenía la edad de su padre. Cuando se iba lo pelábamos y rememorabamos nuestros romances. Con la gorda decidimos que íbamos aceptar todo lo que el dueño nos diera. Salimos ebrias del bar. El tipo obvio que le declaro amor eterno a una, que resulté siendo yo. Intento robarnos un par de besos y corrimos la cara. Le salió el tiro por la culata. Todo un viejo verde enamorado de las polainas, de la piel suave y las caritas de guagua. Señores, somos manipuladoras, frescas y aprovechadoras.

lunes, 21 de junio de 2010

Se viene el temblor .-

Con Raúl todo me daba miedo, quería que buscara su destino en otra parte, derepente me sentía muy poco para él. Nos reíamos sin parar y me gustaba cuando me tomaba las manos, y las marcas que dejaban. Me hacia temblar el verlo, mi respiración se agitaba y me gustaba abrazarlo por la espalda. El temor de no verlo más o que se alejara de mi era algo que me imbadia a diario, no podía dejar que respirara en algún lugar desconocido. Su voz era suave, siempre me calmó. Me sentía como en un refugio cuando estaba en sus brazos y acariciaba mi espalda. Me gustaba que se juntaran nuestros labios y siguiéramos hablando. Sabía que él lograba ver mucho más que cualquiera dentro de mi. Lloraba en las noches, aunque las lágrimas no salían. Me sentía atrapada, y quería escapar. Las dudas en mi cabeza crecían, no quería que aumentaran. No sé aún porque me autofragelaba e insistía en pensar en él.

jueves, 17 de junio de 2010

Luces .-

Estaba lejos y no lo podía tener. Sus manos inspiraban. Eran perfectas, creo que el Edipo se manifiestó y las encontraba similares a las de mi papi. Soñaba todas las noches con él. Salia a pasear, sentía que la gente me rozaba al pasar, y me daba lo mismo. Lo único que se manifestaba era mi alma, y las ganas que tenía de que apareciera entre la gente. Miraba Santiago de noche por el balcón, veía la capital en blanco y negro, sin embargo era facil que los destellos de las luces me atraparan. Me gustaba el aire frío en mi piel, cruzaba los brazos y me sentía en otra realidad, en un lugar paralelo. Amaba no saber dónde estaba. Me gustaba dejarme llevar y pensar en lo que pasó y como pudo haber sido. El presente para mi es un instante, y el futuro bha!!! ... prefiero no pensar en eso.

jueves, 10 de junio de 2010

Consuelo en Sepia.

Consuelo no te confundas !!!, no te conformes con poco!!!, el simplemente ya no te quiere, y quizás nunca lo hizo!!! – me dijo Amparo cuando le conté. Raúl era un dulce relleno. Era tierno, mino, y tenía una fuerza interior increíble.

No quería escuchar más Amparo, sentía que no me daba respuestas. En mi desesperación llame a Raquel, mi Rumpy personal, en verdad creo que le he contado todo. Déjalo volverá!!!- me decía con pasividad. Pero no estaba segura de eso, hace tiempo que no sentía ganas de salir con una red y atrapar alguien para que se quede conmigo siempre. Lástima que no fuera una mariposa o un pececillo que pudiera capturar fácilmente.

Amanecía todos los días conmigo, amaba levantarme en las mañanas pensando en él, se lo agradezco, hacia que mis mañanas fueran lindas. El único problema era la dicotomía que tenía en su interior. Era fuerte y lo veía como un gigante para mi. Me gustaba que me apretara fuerte, y que me mirara con esos ojos brillantes. Me sentía amarilla a su lado, aunque era fácil caer en un estado café. Lo único que me incomoda es que alguien me tenga colgando en sus manos y estaba indefensa, como que es peor que un resfrío. Lo quiero y que?. Creo que me duele entregar sentimientos.

Mis tiempos con Raúl estaban pintados de sepia. Su piel era suave, y derepente se alejaba sin motivo. Costaba que volviera a mis besos. Quizás por eso los concejos de Amparo. Aún no se si era un juego (y era “nuestra” forma de comunicarnos), o simplemente su desinterés era grande (y sólo regresaba porque iba a encontrar un lugar cálido conmigo). Agradezco de todas formas el haberlo conocido, me hiciste conversar con las estrellas.

miércoles, 2 de junio de 2010

Clarissa lo conoce todo !!!

Te amo un poco, en especial cuando me miras brillante, veo tus lindos dientes y me doy cuenta de lo roja q me dejas la boca. Me gustan esas manos q se notan fuertes y trabajadas, tu espalda ancha y el sonsonete de tu voz. Me gustaba Hernán!! Gritaba Clarissa una y otra vez.

Le encantaba tejer cuando él se encontraba lejos. Lo abrigaba con sus mantas cuando él estaba cerca. Siempre lo extrañaba, incluso cuando estaba con ella. A él le gustaba fantasear, muchas veces el silencio, cosa que ella no compartía. Se lo comía a besos cuando podía, tenia la loca idea de que sus besos se marcarían, se pegarían como una estampa, como una segunda piel. Quería calar en sus entrañas y no dejarlo ir jamás. No era celosa, no era psicópata, era una amante queriendo amar. Compartíamos la falta de corazón, pero la huella de uno. Clarissa entendía por completo cuando yo le decía que me quedaba poco de aquél músculo, y que los latidos iban disminuyendo. Guardo la esperanza de que algún día cambiará su piel, será rechoncho y renacerá como fénix. Para ello falta tiempo.

Le gustaban sus políticas y compartían ideologías, lástima que el idealismo no ha llegado muy lejos. Era dulce como el algodón de azúcar y sus mejillas eran rosadas. Me sentía muy conectada con ella. Pensábamos muy similar. Me gritaba a veces, con tono chillón - Lo único que agradezco es que por último he utilizado el tiempo gastando mi corazón, eso quiere decir q lo he aprovechado, y no se me ha puesto “peludo ni gruñón” como cuenta J.K -.

Yo por mi parte he decidido no exponerlo tanto, eso no quiere decir q me voy a volver racional del todo, pero si seré mas cautelosa.

- No te buscaré … no te seguiré … tu volverás… - Fueron las últimas palabras que Clarissa le dijo a Hernán, y sonrío. Era un loco enamorado de los viajes y de los descubrimientos, ella sabía q algún día golpearía su puerta nuevamente. En ese instante, ella iba a ser capaz de hacerlo viajar en sueños, lo atraparía y lo dejaría eternamente a su lado. Pero éste no era el momento. Cuando la escuché, y pienso en aquel libro de cocina que adoro (dónde Tita amo hasta q ya no pudo más, se entregó por completo y fue, a pesar de todo, valiente), me siento en un abismo. Yo soy como un gatito asustado, que piensa que le va a llegar un balde de agua, o que un perro en cualquier momento le va a ladrar. Clarissa era valiente, iba de frente y vivia en su mundo esponjado. Sinceramente creo q él no va a volver, pero es lindo escucharla hablar con tanta pasión y esperanza.