lunes, 21 de junio de 2010

Se viene el temblor .-

Con Raúl todo me daba miedo, quería que buscara su destino en otra parte, derepente me sentía muy poco para él. Nos reíamos sin parar y me gustaba cuando me tomaba las manos, y las marcas que dejaban. Me hacia temblar el verlo, mi respiración se agitaba y me gustaba abrazarlo por la espalda. El temor de no verlo más o que se alejara de mi era algo que me imbadia a diario, no podía dejar que respirara en algún lugar desconocido. Su voz era suave, siempre me calmó. Me sentía como en un refugio cuando estaba en sus brazos y acariciaba mi espalda. Me gustaba que se juntaran nuestros labios y siguiéramos hablando. Sabía que él lograba ver mucho más que cualquiera dentro de mi. Lloraba en las noches, aunque las lágrimas no salían. Me sentía atrapada, y quería escapar. Las dudas en mi cabeza crecían, no quería que aumentaran. No sé aún porque me autofragelaba e insistía en pensar en él.

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