miércoles, 29 de diciembre de 2010

Un mes .-

Hace un mes que no escribo, y no sé porque. Me han pasado las de San Quintín, pero no había sentido la inspiración divina. Mis semanas de plenitud se estiraron como un elástico, y se cortó. Ahora estoy en la etapa de anudarlo para que vuelva con más fuerza y se quede así por lo menos un ratín más. Creo que Benjamín llega justo en el momento indicado. Llegó para sacarme aquel mal hombre que cree que me tiene cuando quiere. Lo cree porque así es.

Ahora leyendo lo que escribo, no sé si me lo quita de la cabeza, pero por lo menos me hacer pensar que es un pésimo hombre y que encontraré alguien mejor. No me gustan las medidas parche, ni la idea de que un clavo saque a otro, pero su sonrisa y dientes medio chuecos, aunque no lo crean me distraen. Me gusta sentirme pillada, el chusto, los regaloneos y hablar de lo que se nos venga a la mente. Lástima que todo se quede en un "me gusta" y nada más. Amo nuestra dinámica, dejarlo de ver un rato y que nuestros reencuentros sean una majamama de cosas. Es preocupado y me prepara desayuno. Pienso ¿para que más?. No es el hombre de mi vida pero si una linda entretención. Me gusta sentirme con él, cada día más chilena.