jueves, 30 de septiembre de 2010

Histérica Taurina .-

No te han enseñado q no puedes abandonar a una mujer de Venus, después de tirarla contra la pared?. Eso fue lo que me pasó con Benjamín y lo odie. Lo único que quería era convertirlo en sapo e invocar poderes con una ágata.

No sé lo que le pasó, en verdad tenía muchas hipótesis en mi cabeza. Primero que realmente creyó que era una bruja. Segundo que quizás lo raptó un ovni, igual que al esposo de la Pati Maldonado. Tercero que sólo quería "eso". Cuarto que juró de guata que quería pololear con él. Y quinto que soy muy salvaje para él. Aún no sé cuál es la opción mas sensata.

Se mordía los labios, se peinaba como Tin-tín y me tomaba la cara con fuerza. Podíamos regalonear por horas. Porque hacía eso?, el cariño y "añuñuco" sobran cuando sólo se quiere webear. Nos despedimos muy bien esa mañana. Que pasó?.

Me da rabia, no pena. No creí que fuera el futuro padre de mis hijos o que iba a ir a mi casa los domingos. Lo quería en contra de la pared y no en un altar.

Me hirió el orgullo, el toro que llevo dentro lo tildó de color rojo. Se me puso entre ceja y ceja, pero no había nada que pudiera hacer. No lo iba a llamar, ni mandar mensajes de humo, lástima que el poder telepático no funcionaba con él ... Ohhhhmmmmmm ....

viernes, 24 de septiembre de 2010

Mi Rojita .-

Mi rojita tenia un gesto tierno y amaba trepar, al igual que esos animales peludos de color gris, arboles o en su defecto personas.

Su pelo era liso y de puntas crespas, tenía pestañas medio rubias y estaba llena de pequitas. Era estructurada, y cuando se enojaba crecía como dos metros. Era generosa, no sólo con las cosas, sino también con su escucha. Mil veces la llame de mañana, tarde o noche, para contarle mis penas, alegrías, derrotas y angustias. Confiaba mucho en ella. Su color era el morado, fuerte, pero femenino y muchas veces esponjado. La molestábamos siempre en nuestras juntas, por andar con el vestido de novia dentro de la cartera. Creo que eso tenía una resignificación. Ella necesitaba estabilidad, seguridad y a un gigante que la proteja. Que alguien cuidara su corazón y no lo hiciera desangrar como algunos pocos lo hicieron. Era chistoso verla estresada, tan “pispirigua” como dice mi abuelita

No me gustaba verle esa carita de pena cuando me contaba sus idilios de amor, en especial la historia de aquel larguirucho que, ahora, me arrepiento de haberle presentado. Me gustó cuando se olvidó de él, y aprendió a quedarse con aquellas cosas lindas, dejando las malas como enseñanza.

Era una mujer buena, que se merecía un buen hombre. Entre juntas familiares, en su nuevo y hermoso hogar encontró a un prospecto de anteojos que catalogó como “el sueño del pibe”. En pleno "estado amoroso" la vida la hizo irse a tierras marsupiales. Sé que le costó mucho la separación, pero creo que se volverán a encontrar, lo mas probable que en un altar. Ella es una pequeña que necesita un par de brazos grandes y seguros que la apapachen.

Mi rojita volverá pronto, y si bien es cierto no nos vemos a diario, hay lazos que vienen desde el cosmos que no se pueden romper y que se entrelazan con el destino. Nos teníamos que reencontrar sí o si. Mientras ella aprende y se conoce, me quedaré acá extrañándola y tirándole mil vibras amarillas que traspasan fronteras. Le doy gracias por todos los momentos que vivimos. Ojalá que su corazón llegue más lleno. Ya espero el verano para que me cuente todas sus aventuras.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Verde que te quiero verde ... o verde esperanza ???

Siempre quise salir con "un" Benjamín, como que tienen fama de simpáticos, inteligentes, pícaros y minos, todo lo que una anda buscando. Lo conocí de verde, pero siempre lo vi de civil, en verdad no recuerdo aquel momento, él siempre me lo reprocha. Como que jamás se me había ocurrido relacionarme con un uniformado, eso sólo era necesario cuando quería saber dónde quedaba alguna calle, o si por mi mala cueva se me perdía la billetera.

Sus dientes eran chuecos, blancos y aunque parezca contradictorio, tenía una sonrisa ultramegasuper linda. Sus pestañas eran de camello, largas y tiesas. Era castaño y al sol se le veían algunos pelos rubios. Era unos 10 cm más alto que yo, extrañándome aún más esta atracción. No cumplía ni un requisito, no era moreno o blanco y pecoso, no tenía la espalda ultra ancha pero si unas manos grandes, no era alto pero tenía la mejor nariz. No puedo describir nuestro primer beso como algo mágico, pero si como algo tierno. No me gustaban las situaciones mamonas, con rebosante azúcar, y él logró el equilibrio perfecto. Sus besos eran suaves y apasionados, mordía mis labios y me mató con eso. Me hacía cariño y me tiraba contra la pared, en verdad es como si se hubiese leído un manual de mi. Me encantó la situación. Hacer cucharita con él fue increíble, eso de despertar abrazados tiene su gracia. No amanecí con culpa, o pensando que iba a pasar después de eso. Tampoco pensé si seguiríamos siendo amigos o si me iba a llamar.
Fue chistoso, cuando volví al departamento de mi pequeño saltamonte. Sonó el cu-cú del celular con un mensaje de Benjamín. "Duermes?, llegaste bien?. Besos, tu niño de 12" . Me cagué de la risa cuando lo leí, lo de niño de 12 era porque yo le decía que era un pendejo, y eso me encantaba. No sabía como responder, soy súper torpe para esas cosas. Soy medio niño, lo primero que hice cuando despertamos fue decirle que se le veía muy bien el poto con el pantalón verde. No sé si ésto resulte, pero el buen rato no me lo quita nadie.