jueves, 17 de diciembre de 2009

Día tres .-

Mi despertador sonó como a las 8.30, pero obvio que me quede mas ratito en la caminata. Baje a tomar desayuno con lo primero que encontré y luego me duche, en esa regadera rara que colgaba del baño. Llame a mi madre como todos los días en la mañana, y tb me conecte pa hablar con mi gente. Baje al centro a comprar dulces y los cigarros de Margarita, y me saque la cresta por mirar al electricista que había visto el día anterior. Lo bueno es q como 5 argentinos corrieron a recogerme. Volvi a la hostal y almorcé con mi compañera de cuarto Sue. Me estaba preparando un té de miel cuando me dijo q fuéramos a caminar. Comimos unas empanadas de pelos, y obvio me caí nuevamente, pero esta vez sólo un mijito rico saltó a recogerme. Nos fuimos a comer frente a la iglesia Sn. Fco, en un pequeño paseo dónde todo el mundo se va a tomar mate. Ese día acompañe a Sue al centro , a comprarse unos pañuelos, un pantalón y unos zapatos q le costaron el doble de lo que yo llevaba para todo mi viaje. Ella es escritora y guía espiritual de niños índigo. Su vola es la mas rara que he conocido pero es una mujer que quiere ayudar al mundo, a los niños, para que esta vida sea mejor. Aunque no comparto su pensamiento, y más bien diría q es un delirio religioso , ella es una buena mujer. Va a viajar ella ahora a Chile, así que quizás nos veamos en año nuevo. Ese día conocí tb a Sofie, una sueca q andaba de vacas Argentina y q regresaba a su casa después de dos meses de viaje. Ella era mi compañera de puchos.

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